La revista Farmespaña Industrial, en su último número, dedica dos páginas a la importancia de la gestión energética en el sector farmacéutico y cosmético, recogiendo la opinión de Mariano Sánchez, director de EDE Ingenieros.
En la tribuna de opinión se recoge una idea principal: que la gestión energética es esencial en la competitividad del sector y también un ámbito donde la mayoría de empresas tienen margen de mejora.
En el artículo se hace un recorrido por las claves de una gestión energética para la competitividad. Se habla de que la necesidad de ser más sostenibles y la inquietud por el cumplimiento legal, han propiciado la mejora de la eficiencia energética para lograr más ventajas competitivas en las empresas. Se menciona también que muchas empresas del sector se están optimizando y se están encaminando a paliar su dependencia de la energía eléctrica. Y que los ahorros que se pueden conseguir en este sentido son de hasta el 10%.
Otro apartado se refiere a la climatización del aire, uno de los grandes consumidores dentro de las plantas de producción farmacéuticas. Al ser equipos de gran potencia, deberían ser revisados por las grandes climatizadoras para evitar consumos fuera de consigna.
Del reportaje se desprende la idea de que la clave principal es aplicar un enfoque global, con un objetivo a medio-largo plazo, para plantear estrategias de ahorro que den resultado. Se destaca la importancia de las auditorías energéticas para este cometido.
Se destaca, además, la importancia de que no haya desconexiones en la estrategia energética, y que no solo se tenga en cuenta a nivel de dirección. Es necesario que todos los departamentos conozcan la materia a través de formación. Se apunta la idoneidad de que haya un responsable de gestión energética que impulse este trabajo común.
Otro apartado hace referencia a la monitorización energética en planta, clave para recibir información real de los consumos. Se habla, además, de que el sector industrial se encamina hacia la descarbonización y que las empresas tienen que ir pensando en acudir a tecnologías renovables.
El artículo concluye con la idea de que un sistema de gestión energética no es un procedimiento estándar, sino que requiere una adaptación acorde a los procesos y a las organizaciones. Y que hay que realizar un análisis energético de las instalaciones y valorar cómo se pueden mejorar los equipos y los procesos para establecer objetivos.