La gestión energética adecuada es un factor muy relevante en la competitividad de la pyme industrial, por lo que afecta a los ahorros, la sostenibilidad y la diferenciación, entre otros aspectos.
Hemos sintetizado las claves de una buena gestión energética, basadas en los resultados obtenidos en nuestra trayectoria. Desde nuestra experiencia, el enfoque acertado es considerar la energía como una dimensión integral en la industria que afecta a todos los departamentos de la empresa, incluidos los de compras, producción y mantenimiento. Con esta visión integral en EDE Ingenieros nos planteamos la mejora energética como un objetivo a medio-largo plazo, partiendo de las necesidades reales de los proyectos productivos para plantear estrategias de ahorro que den resultado. En este marco recuperan toda su eficacia herramientas como las auditorías energéticas, como parte integrada de un plan estratégico amplio.
Para una gestión energética adecuada tenemos en cuenta cuatro puntos fundamentales: analizar los procesos, medir los consumos, establecer repartos energéticos y realizar el seguimiento y control posterior. A partir de estos puntos se pueden implementar las medidas necesarias para optimizar adecuadamente los sistemas. Se trata de un ciclo de mejora continua que tiene que permanecer activo a lo largo del tiempo para ir ajustando el sistema a las modificaciones que se producen, ir encauzando las desviaciones que se cometen y profundizar sucesivamente. De esta forma se puede entrar a analizar elementos concretos que en una primera visión aparecen en segundo orden, pero también implican ahorros. Este análisis cíclico es necesario para llegar a las conclusiones adecuadas. Y nuestra experiencia es que en cada nueva auditoría salen otros resultados, hay desviaciones, cambios, surgen otros elementos…
Nuestra recomendación es que las pymes industriales cuenten con una persona responsable del ámbito energético. Que entienda la energía y tenga capacidad de interlocución con otros departamentos de fábrica: con el de mantenimiento, con la ingeniería cuando se hacen las instalaciones, etc. Que trabajan en común con una visión a medio plazo para que las estrategias planteadas vaya dando resultados y conseguir ahorros importantes.
Hay estrategias muy válidas para mejorar la eficiencia energética en plazos cortos, como optimizar las actividades auxiliares ominipresentes en la industria. Por ejemplo, las instalaciones de aire comprimido, que no son elementos centrales de la producción, pero es una tecnología que gasta mucha energía y es muy ineficiente. Si nos centrarnos en optimizar los equipos auxiliares podemos estar hablando de un 20% de un 30% de la energía, lo que significa un ahorro de costes relevante en una empresa que consume mucho.
Además, hay que cambiar el enfoque habitual de realizar actuaciones de ahorro energético solo cuando se realizan cambios de equipos. Vista la importancia del diseño de las instalaciones y de la organización del trabajo en una buena gestión energética, hay que aprovechar el cambio de líneas en las empresas para abordar la eficiencia porque implica un coste evitado. Una vez la instalación está realizada va a resultar mucho más difícil.
Trabajando con estas premisas y en alianza con nuestros clientes conseguimos ahorros importantes. Si se llevasen a cabo todas las medidas de ahorro resultantes de los análisis que realizamos, podemos hablar fácilmente de ahorros del 10% del consumo energético. En algunos casos hasta un 15%.
En cuanto a la metodología de trabajo, en EDE Ingenieros ayudamos a nuestros clientes a implantar un sistema de gestión energética a medida de sus necesidades. Hay empresas que han obtenido la certificación ISO 50001 y necesitan ayuda para desarrollarla, hay quienes quieren estructurar un sistema de gestión previo… Un sistema de gestión energética no es un procedimiento estándar, sino que requiere de una adaptación acorde a los procesos y a las organizaciones.